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jueves, 3 de noviembre de 2016

SEGUNDO A: TEXTOS PARA EL DEBATE DEL VIERNES

Televisión basura: sin alternativas Liliana Michelena
Liliana Michelena

La televisión peruana de hoy ha degenerado hacia la producción de contenidos sin importancia y nada edificantes: la competencia agresiva, la humillación del otro, el sensacionalismo, la curiosidad obscena, el machismo, la homofobia y el racismo son como el pan de cada día en la “televisión basura”.
El jueves 12 de febrero, el programa de televisión “Esto es guerra” alcanzó un promedio de 20 puntos de rating durante sus dos horas de emisión. Si a julio del 2014 un punto de rating equivalía a 91 662 personas, aproximadamente 1,8 millones de personas siguieron este programa. Si alguien cambió de canal, se encontró con un programa similar. No había elección. Así, la frase “Si no te gusta lo que ves, entonces cambia de canal”, que supuestamente apela a la libertad de elección, en la práctica no tiene eficacia ante una oferta homogénea.
Programas como “Esto es guerra” y “Combate” no solo están durante su horario de emisión, sino que están presentes en otros programas porque son exitosos en términos de rating y generan grandes ingresos económicos por publicidad. Una de las consecuencias más graves es la invasión del periodismo televisivo, cuya misión es informar con veracidad y objetividad. “Están distorsionando la propia esencia del periodismo al darle mucho espacio en los noticieros a este tipo de programas cuando sabes que se trata de situaciones creadas e inventadas para atraer al público”, reclama Hugo Coya, docente universitario y periodista.
Lo anterior demuestra que la televisión basura ha dado un paso adelante en su capacidad de reemplazar la realidad. Porque ahora resulta que ella misma es su propio contenido. En efecto, la televisión basura habla de sí misma. Son sus personajes y sus escenas las que se convierten en noticia. Es un espectáculo sobre el espectáculo.

CIFRAS QUE ASUSTAN   (Rating de la televisión peruana, jueves 12 de febrero de 2014)
 20,02     Esto es guerra
 14,85     Combate
 10,98     Bienvenida la tarde
 0,77       Tv Perú niños
 0,3         La función de la palabra


Mi derecho a ver “Esto es guerra”
Carlos Bruce

 Desde hace unos días circula en Internet una petición que busca eliminar la transmisión televisiva de “Esto es guerra” y de “Combate”. Los promotores de esa petición señalan que estos programas no respetan el horario de protección al menor. Además, dicen que no presentan contenido educativo y que contribuyen a una distorsión de la idea que tienen los adolescentes sobre la sexualidad. Piden censurar la difusión de estos programas por “el bien de nuestros hijos y por el futuro del país”.
 Parece ridículo que algunas personas traten de regular lo que ven los hijos de otros. Si a alguien le parece que “Esto es guerra” o “Combate” dañan a sus hijos, debería tener la suficiente autoridad para que ellos entiendan que no deben verlos. Además, que algunos consideren que los programas son nocivos no necesariamente implica que deban dejar de existir o que sean realmente malos.
 La variedad en la televisión peruana no es un problema de la oferta de programas. No es que no haya programas educativos porque “alguien” quiere evitar que los ciudadanos sean educados. Los programas existen porque hay gente que los quiere ver y no a la inversa. Si es absolutamente necesario que ciertos programas existan, aunque nadie quiera verlos, existirán.
Lo que debe quedar claro es que una prohibición no hará nada para arreglar el problema. Si es que cancelan los programas, esto no quiere decir que automáticamente más personas comenzarán a ver programas educativos. Si no me gusta un programa, la solución es realmente simple: cambiar de canal.
Que un grupo de personas crea que puede regular un programa que otro grupo de personas ve porque no concuerda con los “valores correctos” refleja una forma de pensar conservadora y arcaica. Yo me preocuparía más si mis hijos ven programas regulados por este tipo de personas, que si ven “Esto es guerra” o “Combate”.

 Yo me preguntaría: ¿qué clase de futuro tiene un país en el que uno no puede ver el programa que quiere? ¿Cuál será la siguiente prohibición que se hará en nombre de un mejor futuro para todos?

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